lunes, 25 de abril de 2011


Trencadís, bancs Parc Güell, Antoni Gaudí, Barcelona



Trencadis Lizard By Gaudí. Parc Güell, Barcelona.

Trencadís Antoni Gaudí


Qué es el Trencadís? 

Lo tratamos como un elemento diferenciado de los anteriores, puesto que se trata de una técnica de aplicación relativamente nueva que no se utilizó hasta el Modernismo y que fue impulsado como método decorativo por Gaudí y sus discípulos, muy especialmente Jujol. 
En el trencadís, normalmente las teselas irregulares son de cerámica u otros materiales de fácil fragmentación. Esto permitió realizar magnificas obres de arte con restos de baldosas rotas (de aquí el nombre de trencadís) que de otra manera no tendrían ninguna utilización práctica. 
Normalmente el trencadís se utiliza para la decoración de superficies verticales exteriores, en que gracias a su policromía, incluso con piezas de reflejo metálico, se obtienen efectos decorativos de una gran variedad y riqueza. 
Por otra parte, en el que se denomina método de aplicación directa, en que las teselas se ponen directamente cara arriba sobre la superficie de mortero blando, normalmente sin diseño previo, se crean desniveles que permiten un reflejo de la luz sobre los diferentes fragmentos. 
El trencadís tiene la ventaja de su rápida aplicación y de ofrecer un diseño muy espontáneo.

Fue el arquitecto Antonio Gaudí, indudable figura destacada de la Arquitectura modernista (o Art Nouveau) de finales del siglo XIX y principios del XX, el primero en proponer este tipo de mosaico en sus obras (hasta el momento inédito) siendo su colaborador José María Jujol el que más se ocupó de su aplicación. 

Esta técnica nació fundamentalmente por dos cuestiones eminentemente prácticas (no obviando esto la creatividad y originalidad del arquitecto, capaz de reinterpretar la tradición mediterránea del mosaico): la primera poder revestir superficies curvas y sinuosas (y a veces irregulares) con cerámica, no pudiendo emplear directamente las piezas planas disponibles enteras y recurrir por tanto a partirlas en fragmentos (en el llamador de la entrada a la finca Güell, hoy parque, en la Avenida de Pedralbes, en Barcelona, fue donde utilizó el trencadís por primera vez); la segunda poder aprovechar piezas de rechazo defectuosas de la fábrica de cerámica Pujol i Bauis (popularmente conocida como La Rajoleta) así como otras piezas rotas de cerámica (platos y tazas) procedentes de otras fábricas. 

Hoy en día cierto arquitecto valenciano opta muy habitualmente por este tipo de revestimiento en sus obras, y también se ha desarrollado cierta corriente de decoración interior que recurre al trencadís como revestimiento para paramentos en baños y otros espacios, habiendo incluso empresas especializadas en la fabricación  industrializada (los fragmentos vienen montados sobre mallas) de este producto  (véase esta o esta otra).

Cada cual tiene sus gustos, y esta forma de revestimiento podrá agradarle más o menos, de todos modos creo que cada material y técnica constructiva tiene su momento y su lugar, pienso que en algunas circunstancias (para ciertas aplicaciones) no son aconsejables ciertas técnicas y creo también que, como en todo, el exceso y sobreuso tampoco son producentes. El resultado, me temo, no siempre es todo lo acertado que se desearía.